martes, 29 de mayo de 2012

"estás en muchos sitios y en ninguno a la vez"

Siempre he procurado no aburrirme, desde luego. Eso hace que cierta gente, en general de pensamiento obtuso, tienda a pensar que "estoy en muchos sitios y en ninguno a la vez".


Me gusta tocar muchas teclas en la búsqueda constante que es la vida. Pero siempre con dos dedos de frente, es decir: si estoy en alguna asociación o entidad, dejo clara cuál será mi aportación en ella. Si en ocasiones puedo dar más, pues mejor aún! Si estoy en un trabajo (en realidad en dos), por descontado que mi entrega será del 100%. Si estoy en un proyecto como voluntaria, me entregaré activamente siempre y cuando las obligaciones laborales me lo permitan. Si estoy en una comisión de fiestas de un barrio, voluntariamente, me entregaré de igual manera e incluso pediré mis vacaciones para poder dedicarme de lleno a esa actividad.

Además, soy mujer, y suelo hacer varias cosas a la vez y bien. Las mujeres siempre, históricamente, lo hemos hecho así ante la despreciativa mirada de los hombres, ignorantes y opresivos antaño más que ahora.

Por eso no me gusta la gente que te mira por encima del hombro porque no quieras aportar más de lo necesario o lo que simplemente deseas aportar. Cada uno contribuye según sus intereses. Querer es poder, desde luego, pero hay veces que no se quiere al 100% por diversos motivos: el no sentirte del todo implicada, del todo a gusto, el no tener libertad de acción, o simplemente el no encajar en pensamiento con los compañeros.

Lo que hay que valorar de todo esto es que, sea poco a mucho, alguna cosa hago. Y hay que valorar lo que cada uno aporta por pequeño que sea, por insignificante que parezca, y trabajar en equipo pero contando que lo primero somos las personas.

Soy consciente de que hoy en día la gente elude responsabilidades porque está muy centrada en sí como individuos; parece que es moda. Por suerte, un gran número de personas necesitamos llenarnos aportando algo a esta sociedad, nuestro granito de arena. No se nos puede echar en cara o decir que claro, no abarcamos más, que estamos muy limitados en nuestras tareas y que no estamos en nada. Vamos, que tampoco salvamos el mundo. Estamos donde estamos, a lo mejor en un peldaño pequeñito, bajito, que si lo vamos juntando con los construidos por los demás, lo mismo sale una escalera que lleva a alguna parte. Y si no, lo habremos intentado, por lo menos no nos habremos quedado sentados en el sofá delante de la tele y hala, a tragar manipulación.

A todo esto, yo sólo quería dejar claro que a veces la gente menosprecia el trabajo del prójimo y muchas veces lo hace sin realmente conocer lo que esta persona hace o no hace. Tan malo no es, no? Por eso, señoras, señores, antes de opinar, de abrir la boca, de juzgar superficialmente, mejor preguntar e interesarse realmente por la respuesta! O no?

domingo, 27 de mayo de 2012

Feliz cumpleaños, avi!

82 años como 82 soles!!

Mi abuelo pertenece a esa generación extrañamente privilegiada, esa gente que ha visto y sufrido una guerra, que ha pasado hambre, que ha trabajado muy duro y desde muy temprana edad. Esa generación que tuvo que progresar a marchas forzadas cuando, al acabarse una dictadura idiotizante, todo empezaba a surgir, a cambiar, a avanzar: en pensamiento, en tecnología, en mejoras sociales. Se imponía una apertura de mente repentina porque, o te renovabas, o morías (como dice el dicho).

Él es un hombre que desde su sencillez nos ha enseñado mucho a todos. Sólo con recoger sus vivencias de la infancia tenemos suficiente para escribir un libro. Mi abuelo, con 6 años, se pierde en una estación de tren durante la Guerra Civil, pasando a ser acogido por un grupo de milicianos republicanos, sobreviviendo allí y rozándose peligrosamente con las bombas y la metralla (alguna marca en la pierna, algún agujero en el oído que aún se notan), encontrándose en un camino ya muy lejos de su zona con una prima de su madre que le reconoce aun sin saber que estaba desaparecido y le lleva a la frontera en su carreta, donde se reencuentra con su madre y hermanos para ir a parar a un campo de refugiados en Francia. Después, la vuelta a casa, a Talavera, al cabo del tiempo, ya que decidieron no irse a Rusia. Volver siendo hijo de un republicano fallecido en el frente y sin siquiera saber dónde está enterrado su padre. Una familia pobre y dependiente de la Beneficencia, buscando la manera de escaquearse de ir a misa per enterándose del color de las vestimentas del cura porque si no, cuando se lo pregunten, se queda sin comer. El año l'hambre, como dice él. Negándosele la comida, o casi, espavilándose por subsistir. Negándosele la oportunidad de ir al colegio porque había que comer, que trabajar para comer.

En el momento de casarse, con mi abuela, obvio, no pudo disfrutar ni de una casa propia, ni de intimidad. Mi abuela estaba al cargo de toda su familia, ya que su madre murió joven, dejando a 10 hermanos que fueron. Y mi abuela se quedó en casa, siendo la mayor, mujer, cuidando a su padre y sus hermanos varones y una hemana, la menor, que tenía 9 años. Tuvieron que renunciar a una vida solos, en pareja. Mi abuelo tuvo que "aguantar" a todos esos hombres viviendo con él.

Después de tener cuatro hijos, deciden emigrar, porque allí no hay pan para vivir. Llega primero mi abuelo, solo, a Mataró a trabajar en la obra. La mitad de los bloques de mi barrio han conocido la mano de mi abuelo. Meses de soledad y de mucho trabajo que valen la pena.

Al venirse todos, dejan atrás a toda la familia allí, sus hermanos, primos, su madre. Nueva vida, nada fácil, adaptarse es complicado. Pero todo empezó a mejorar.

Él, si le preguntas, se siente ya más de aqui que de allí. Ha pasado por una experiencia que le hace ver a cualquier inmigrante reconcociéndose a sí mismo. Hay mucha gente que ha olvidado esa etapa de su vida y no son capaces de aceptar a la nueva gente que viene.

Aprendió a escribir, aprendió catalán (chapurreado), aprendió que lo importante de la vida es estar con quien quieres y ser consecuente contigo mismo. Una persona pacífica pero que pone a la gente en su sitio cuando llegan al tope. Evita meterse en líos y discusiones, pero cuando lo ha hecho ha sido porque ya era inaguantable para él, y para zanjar los conflictos con la pura verdad. Porque no hay nada falso en él. Un hombre tozudo, silencioso, que al principio de conocerlo puede parecer demasiado hosco o serio pero luego se puede llegar a mostrar en todo su sentido del humor. Desde posar en gestos extravagantes hasta componer el hit familiar "una cucharita, para el cafelito.."

Vamos, que siempre se ha ido superando, un hombre fuerte, abierto y sobretodo sincero, transparente. Le ha encantado ejercer de abuelo jugando conmigo y sobretodo con sus dos nietos pequeños, siempre jugando al fútbol, acompañándolos a entrenar....

Mil anécdotas divertidas con él, situaciones casi absurdas... es su personalidad. Ejemplo: un día me lo encuentro y le acompaño a la farmacia del barrio. No había allí más que una señora que quería unas tiritas para una pupa del pie, una rozadura. Estuvo poniendo pegas a todos los tipos de tiritas que el farmacéutico le enseñaba. Mi abuelo zanjó el asunto con una frase lapidaria, vergonzante pero a la vez real y descriptiva: "esta tía es tonta!" (tengamos en cuenta que mi abuelo está bastante sordo, por tanto el tono de voz ya imagináis cómo era). Ella pagó, colorada como un tomate, el farmacéutico le cobró, colorado como un tomate. Y yo le di un codazo, colorada como un tomate. Respuesta: "a ver, es que es verdad, pa unas tiritas la que está liando, ni que fuera la Preysler!"

Ése es mi abuelo, 82 años bien aprovechados, como 82 soles!



sábado, 26 de mayo de 2012

WILKOMMEN, BIENVENUE, WELCOME...




Y es que Emcee, encarnado por mi admirado Joel Grey, tenía razón. LIFE IS A CABARET! 
La vida es un "cabarete". 

Cuando llega el momento en que se abre el telón, la sucesión de historias es vertiginosa y apabullante. Dependiendo del momento, del transcurso del espectáculo, adoptamos personajes diversos. Todos somos actores, todas actrices. Mostramos lo mejor de nosotros mismos, como en la vida.
Incluso, si vienen mal dadas y nos toca cargarnos de maquillaje para disimular heridas del físico o del espíritu, seguimos actuando.

Unos nervios disimulados, una pena que hay que tragarse, una caída que superar... pero actuamos, evitamos que la gente note todo eso. 

El buen actor debe transmitir, sentir. Por eso la vida está llena de gente que actúa mediocremente (hasta yo misma lo he llegado a hacer en algún momento), que tapa lo que siente. Pero llega un momento en que hace falta ser auténtico, sentir y mostrarte, y a quien no le guste, que no mire!

Aceptarse, quererse, purificarse, perdonarse, no hacerse daño... eso lleva a la autenticidad. Creer en uno mismo y no en lo que digan de uno. No dejarse anular. Valorar cada experiencia como nueva y única.
Sólo así podremos ofrecerle al mundo alguna cosa buena y enriquecedora, un espectáculo auténtico, real y transparente, pedagógico para el resto.

En un mundo como el de ahora, en que las máscaras y el maquillaje se imponen, en que cada persona damos a entender al otro lo que no somos, en que todo es falso, la vida es un cabaret.

Y a Sally Bowles cómo le fue, siendo auténtica?

Bienvenidos a mi blog, algo que se me ha ocurrido hacer a las 3.25h de la madrugada. El tiempo nos dirá si ha valido la pena!